Los desafíos de invertir en startups

Invertir en startups parece estar de moda en nuestro tiempo. Famosos, magnates de la tecnología e incluso ciudadanos de a pie se suben al carro, deseosos de participar en el próximo gran acontecimiento empresarial. Aunque no hay duda de que las empresas emergentes pueden ofrecer un enorme potencial de crecimiento, también hay que tener en cuenta una serie de riesgos antes de invertir en ellas. A continuación, repasamos los principales.

La mayoría de las startups fracasan

Este es quizás el riesgo principal. Las estadísticas muestran que sólo una de cada diez empresas de nueva creación obtendrá un rendimiento significativo de la inversión. Eso significa que por cada empresa emergente de éxito, como Uber o Airbnb, hay otras nueve que se desvanecerán y nunca darán dinero a sus inversores.

Incluso si una startup triunfa puede tardar años en generar beneficios, así que, aunque invertir en empresas emergentes puede ser emocionante y potencialmente lucrativo, es importante hacer los deberes y comprender los riesgos antes de invertir dinero en ellas. No es la opción más recomendable para inversores minoristas, que encontrarán más tranquilidad si se decantan por invertir en acciones de empresas ya consolidadas.

Las startups tienen altos niveles de endeudamiento

Las startups son conocidas por ser innovadoras y asumir riesgos. Esto se ve a menudo en sus productos y servicios, pero también en sus finanzas. Las empresas de nueva creación suelen estar muy endeudadas, ya que a menudo invierten mucho en investigación y desarrollo, y piden préstamos para cubrir sus costes iniciales.

Esto puede ponerlas en desventaja a la hora de conseguir capital, ya que los inversores suelen ser más reacios a invertir en una empresa con una elevada carga de deuda. Ahora bien, esto no significa que las startups no puedan sobreponerse a este riesgo inherente a su crecimiento: muchas han sido capaces de superar sus problemas financieros y convertirse en empresas rentables.

Los problemas de liderazgo pueden afectar al crecimiento de una startup

Dirigir un negocio con éxito no es fácil. Por desgracia, muchas empresas de nueva creación están dirigidas por gestores sin experiencia que pueden no estar a la altura del reto. Esto puede acarrear problemas en el futuro, como dificultades financieras, insatisfacción de los clientes e incluso problemas legales.

Por supuesto, no todas las empresas de nueva creación están condenadas al fracaso; hay muchas que llegan a tener un gran éxito a pesar de estar dirigidas por gestores inexpertos. Sin embargo, es importante ser consciente de los riesgos que conlleva iniciar un negocio sin una base sólida de conocimientos y experiencia.

En resumidas cuentas

Invertir en una startup puede ser una propuesta arriesgada. Por un lado, no hay garantía de que la empresa tenga éxito. Incluso si el negocio tiene un buen producto o servicio, puede que no sea capaz de encontrar un mercado para sus productos o generar suficientes ingresos para mantenerse a flote.

También hay que considerar que las empresas emergentes suelen estar muy endeudadas, lo que puede hacerlas más vulnerables a los contratiempos financieros. Por último, las startups pueden estar dirigidas por gestores sin experiencia que pueden no ser capaces de afrontar los retos que supone dirigir un nuevo negocio con éxito.

A pesar de estos riesgos, invertir en una empresa de nueva creación también puede ser muy gratificante. Si la empresa tiene éxito, podríamos recibir un importante retorno de su inversión. Tendremos también la oportunidad de formar parte de algo nuevo y emocionante, y ayudar a dar forma a la dirección de una nueva empresa.